Cuando nos compramos un
coche, el siguiente paso siempre es comprar o
alquilar una plaza de garaje. Pero cuando nuestro coche es antiguo, el garaje deja de convertirse en una prioridad, sin tener en cuenta que hay muchos factores que pueden acelerar la pérdida de su buen estado. A continuación, te mostramos cómo sufre nuestro
coche «durmiendo» en la calle.
Las consecuencias del verano
En
verano, la parte exterior del coche es la que más sufre. El sol se convierte en el gran enemigo de la
pintura y por las noches las diferencias
de temperatura entre el día y la noche afectan gravemente a la
mecánica.
Los
neumáticos son nuestros pies en la carretera y si nuestro coche duerme en la calle, estos son los más afectados ya que, por las altas temperaturas pueden llegar a evaporarse y perder eficacia y agarre.
Dejarlo bajo un árbol es lo más común cuando dejamos a nuestro coche «durmiendo» en la calle. Así el sol no le afecta, pero, no debemos olvidarnos de los
desechos de los pájaros y sus componentes ácidos, la resina o el polen que afectan directamente en la pintura del vehículo.
Amigos de lo ajeno
Cuando nos planteamos alquilar una plaza de garaje, la necesidad de que el coche esté seguro es más importante que los deterioros provocados por las temperaturas. En la calle, muchos conductores no respetan las distancias a la hora de
aparcar, puedes encontrarte
arañazos inesperados e incluso bajar a por tu coche y verlo sin matrícula e incluso no verlo.
Si algo está claro es que, nadie se libra de nada, pero,
alquilando una plaza de garaje descansaremos más tranquilos que si pasa nuestro coche en verano durmiendo en la calle.
Visita nuestra oferta en
plazas de garaje y pasa un verano sin problemas.